Es un pájaro cantor que fue la primera especie de ave venenosa que se ha descubierto. En 1989 un investigador al hacerse unos rasguños después de liberar a uno de estos pájaros de las redes que había puesto para estudiar las aves del paraíso, se chupó el dedo y al poco rato sintió un hormigueo y un entumecimiento en los labios y en la boca. Más tarde al encontrar otro de estos pájaros lo lamió para comprobar que efectivamente sus síntomas habían sido causados por el contacto con este pájaro. La neurotoxina que genera se llama homobatracotoxina y es habitual en algunos tipos de ranas venenosas. Aún no se sabe como genera esta toxina, siendo muy probable que sea debido al consumo de alguna planta o animal que consume, el principal candidato es un escarabajo de la familia Merydae. El veneno lo contiene tanto en las plumas como en la piel y ahuyenta a posibles depredadores, incluso cuando están dentro del huevo ya que la sustancia pasa a estos al incubarlos. Se especula también la posibilidad de que solo generen el veneno una cierta parte del año. Más tarde se han encontrado otros pájaros del mismo género que también contiene la toxina. Viven exclusivamente en la isla de Nueva Guinea.
Son un orden de arañas que abarca más de mil especies de un tamaño de entre 1,5 cm y 7 cm de largo. Se caracterizan por sus enormes quelíceros (piezas bucales) en relación al tamaño de su cuerpo. Estos le permiten coger a modo de tijera a sus presas, estas cortan hacia arriba y permiten que los fluidos digestivos disuelvan las partes internas suaves de estas. La mayoría de sus presas son invertebrados aunque también caza pequeños reptiles. Detrás de estos tienen sus órganos sensoriales llamados pedipalpos, y detrás sus patas que son delgadas pero permiten desplazarse a este animal a grandes velocidades para su tamaño llegando hasta los 16 km/h lo que les permite huir cuando están amenazados. El macho debe ir con cuidado para poder copular con la hembra ya que esta puede atacarle, lo tiene que hacer cautelosamente y acariciar a la hembra con los pedipalpos para tranquilizarla, la fecunda dejando un pequeño paquete de esperma en sus propios quelíceros y luego los inserta en los genitale
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